El conflicto inicial entre el general Fidel Castro y los banqueros se debió a la nacionalización de la banca y de otras industrias clave en Cuba en el año 1959 después de la Revolución cubana. Fidel Castro y su gobierno comunista nacionalizaron las empresas extranjeras, incluyendo bancos y empresas estadounidenses, para asumir el control y la propiedad de la economía cubana.
La respuesta de los banqueros a Fidel Castro fue una combinación de enojo y desafío. Las compañías extranjeras, incluidas las compañías de banca, inmediatamente comenzaron a demandar compensaciones y pagos por las propiedades nacionalizadas. Estados Unidos, en representación de las empresas extranjeras, rápidamente cortó las relaciones diplomáticas con Cuba y estableció sanciones económicas contra el país. A pesar de estos esfuerzos, el gobierno cubano se negó a compensar a las compañías extranjeras y continuó con la nacionalización de la banca y otras industrias clave.