Materia:
AdministraciónAutor/a:
ifigeniaCreada:
hace 1 añoRespuesta:
que opinión tienes frente al siguiente caso de atención al cliente. Que está mal y que harías para mejorarlo
Nuestra clienta, llamada Josefa, tras la recomendación de una amiga, decidió llamar al despacho del abogado don José para pedirle una cita con idea de hacerle una consulta sobre un asunto de su interés. Cuando llamó por teléfono, le dieron cita para una semana, dirigiéndose por tanto al despacho el día y a la hora exacta.
Tras llamar al timbre y esperar un periodo de tiempo que le pareció quizás excesivo, escuchó algo similar a unos pasos corriendo detrás de la puerta cuando, por fin, ésta se abrió y doña Josefa pudo contemplar el rostro de una recepcionista que con cara de absoluta indiferencia le preguntaba qué deseaba, Josefa, le respondió que tenía cita con don José a las seis.
La recepcionista la acompañó a una pequeña sala en la que había seis personas y en la que tomó asiento. La sala, ciertamente mal decorada, disponía de unas sillas bastante deterioradas y sobre la mesa descansaban algunas revistas jurídicas y de compañías de seguros. Algo en el ambiente le hacía pensar a Josefa que las oficinas estaban algo descuidadas.
Alarmada por la presencia de seis personas que se suponía tendrían cita antes que ella, se levantó y dirigiéndose a la recepcionista (que se encontraba en una sala adyacente) le preguntó, "¿Señorita, yo tenía cita a las seis, cuando me atenderá don José?" La Secretaria, que parecía más interesada por el ordenador que por ella, y con una expresión que parecía decir no tengo todo el día, le dijo sin mirarla "es que vamos algo retrasados". "¿Cómo de retrasados?" sugirió Josefa. "No se lo podría decir, (contestó la Secretaria) quizás una hora… Siéntese ya la avisaremos".
Josefa, cabizbaja, retornó a su asiento, con mil ideas agolpándose en su cabeza: "Venir aquí ha sido un error, toda la tarde perdida y veremos a ver como es este don José, pues como sea igual que la recepcionista y el despacho, vamos aviados". Mientras estos pensamientos la entretenían, accedieron a la sala otras dos personas más.
Al cabo de una hora y veinte minutos, la recepcionista sin variar un ápice su expresión, la avisó de que ya podía pasar y la acompañó al despacho de don José, a quien le invitó a sentarse y sin más circunloquios le preguntó sobre su asunto. Ella explicó su problema, no sin notar cierta prisa en el abogado por concluir con la consulta.
Cuando salió del despacho, veinte minutos después, Josefa estaba muy, pero que muy disgustada y se planteaba seriamente si encargar el caso a este despacho.
Autor/a:
triggerlsch
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