La idea de la energía atómica es una teoría que sugiere que la materia está compuesta por átomos y que estos contienen una enorme cantidad de energía en sus núcleos. Esta energía puede ser liberada bajo ciertas condiciones, como en la fisión nuclear o la fusión nuclear.
El concepto de la energía atómica comenzó a desarrollarse en la década de 1890, cuando los científicos descubrieron que los átomos podían ser descompuestos en partículas más pequeñas, como protones y neutrones, que estaban contenidas en el núcleo. En la década de 1930, se descubrió que estas partículas tenían una enorme cantidad de energía potencial que podía ser liberada mediante procesos nucleares.
Hoy en día, la energía atómica es una parte integral de la vida cotidiana, y se utiliza en una amplia variedad de aplicaciones, incluyendo centrales nucleares, medicina nuclear y investigación científica. Aunque también existen preocupaciones sobre los riesgos y desafíos asociados con la energía atómica, como la contaminación radiactiva y la seguridad nuclear, estos temas siguen siendo objeto de debate y investigación en todo el mundo.