Respuesta:
Grigori Rasputín apareció en los círculos monárquicos gracias al contacto que hizo Anna Výrubova, la más cercana cortesana a la zarina, debido a la enfermedad hemofílica que padecía su hijo Alexis. La influencia que ejercía sobre el niño le permitía controlar la enfermedad del heredero al trono, con lo que pronto ganó la confianza absoluta de la zarina y la tolerancia de Nicolás II.
Rasputín rodeado de admiradoras.
Rasputín era en sí una persona extravagante, de aspecto fornido y con una impresionante carisma, con un grado de acierto muy notable en sus predicciones, una mezcla de santurrón y amigo muy convincente; pero, en contrapartida, un ser con un alter ego muy libidinoso rayando en lo maníaco, que buscaba el placer sexual entre las consortes del palacio.[cita requerida]
Rasputín pronto convirtió a la zarina en su amiga y confidente, al punto de que ella consideraba seriamente los consejos que él le daba. La razón de esta influencia poderosa era que la emperatriz consideraba a Rasputín un enviado de Dios. Esta situación, permitió a Rasputín tomar un papel decisivo en los nombramientos ministeriales cada vez que la zarina le solicitaba consejo y en el entorno familiar se le llamaba-nuestro amigo-. En el ambiente popular se lo conocía por su sobrenombre de monje loco, y su comportamiento cada vez más entrometido y desafiante comenzó a suscitar odios entre la nobleza y los ministros y especulaciones de todo tipo en el pueblo en relación con el tipo de vínculo que sostenía con la zarina, situación que los enemigos de la corona explotaron hasta la saciedad entre la plebe. La influencia de Rasputín agrietó fuertemente el prestigio de la monarquía ante la opinión pública.
Antes de la partida de Nicolás II al frente alemán, Rasputín predijo que si él moría a manos de gente de su familia, nadie de la familia de Nicolás II le sobreviviría más de dos años (acierto que se cumplió).
Finalmente Rasputín fue asesinado por un grupo de aristócratas que lo habían invitado a una fiesta del 29 al 30 de diciembre de 1916.[15] Parece probado que sus asesinos, con el príncipe Félix Yusúpov a la cabeza, le dieron pasteles y vino cargados de cianuro. Al ver que no le afectaba mucho, el príncipe le disparó al pecho, le golpeó la cabeza con un bastón lleno de plomo y lo arrojó al río Nevá. Se comprobó que Rasputín murió más tarde ahogado.