Respuesta:
Mientras tanto, en el marco de la división internacional del trabajo, Argentina, como otros países de América Latina, África, Asia y Oceanía, lograban integrarse a este gran mercado mundial como productoras de bienes agropecuarios y receptoras de productos manufacturados, capitales extranjeros y mano de obra excedente. De esta manera, la economía argentina orientó su producción agraria para satisfacer la demanda de los mercados externos, tanto en ganadería como en agricultura.
Esta etapa, que comprende las últimas décadas del siglo XIX y la crisis internacional de la década de 1930 —con un marcado paréntesis en 1914, durante el estallido de la Primera Guerra Mundial—, es conocida en la historia económica argentina como el periodo del modelo agroexportador y constituye uno de los ciclos de mayor crecimiento del país.