Respuesta:
Este es uno de esos sueños en los que no eres tú, pero te quedas pensando si en realidad pasó, es decir, a alguien le sucedió a algún momento de la historia.
Bueno, mi mente estaba dentro del un hombre de 50 años. Así me lo hacía entender esa partecilla del sueño que no lo te lo dice ni te lo platica, pero lo sabe.
Este hombre, o yo, se encontraba en su casa con sus hijas, yernos y nietos de aún muy joven edad. Platicaban de todo, pero mi mente se centro en la temática de una guerra. Al parecer el país en el que viviamos había hecho una guerra contra otro país (que de momento no recuerdo).
De un momento a otro, un par de hombres uniformados tocaron a la puerta. Me decían que había sido citado como soldado (nuevamente). Sin embargo, yo pensaba: ¡¿cómo es posible que el gobierno cite a un veterano?! El par de uniformados decían que eran órdenes de más arriba y no podían hacer nada más al respecto.
Una de las chicas, con su bebé en brazos empezó a llorar, pensó que su padre moriría en batalla. Sin embargo, aunque yo era aquel padre, me sentía en la necesidad de consolarle.
En una siguiente escena, me encontraba con mi uniforme de sargento, y me dirigía al examen médico. Al entrar al cuarto en el que me harían dichas pruebas sentí vergüenza. Yo era demasiado viejo para eso, y a mi alrededor solo había jóvenes.
El medíco, compadeciendo mi situación, dijo que escribiría que no era apto para el combate, pero mi orgullo me lo negó. Le ordené hacer las pruebas.
El doctor me dio el pase para el combate, de hecho me elogió por mi buen físico. Me sentí feliz.
En otra escena, estaba con mi uniforme de combate, acabábamos de desembarcar. Las balas y los gritos se escuchaban a lo lejos.
- ¡Mi brazo, me han disparado!
- ¡Ayuda, por favor!
- ¡Un medico!
Era horrible, era una sensación muy vivida. Supongo que mi mente lo bloqueó, ya que solo recuerdo el regreso.
Regresé como si nada hubiera pasado, las hijas, yernos y nietos del hombre, estaban en la casa. Se alegraban de verle. Pero... Creo que tenía algún tipo de trauma pos guerra.
El sueño acabó. ¿Y ganamos la guerra? Creo que nadie ganó. Nadie gana nunca en estas cosas.
¿Qué pasó después? Me hubiera encantado saber, pero creo que el desenlace no sería el esperado.
Usualmente no creo en la reencarnación u el ciclo de otras vidas. Pero empatizo con aquel hombre, el cual me dejó, por alguna razón, ver aquello que vivió.