En la obra El mito de Yurupary, los dioses solares eran temidos por los seres humanos debido a su poder y a la capacidad de influir en los acontecimientos de la tierra. El mito cuenta que los dioses solares eran seres inmortales con poderes sobre la naturaleza y los elementos. Tenían la capacidad de enviar tormentas, inundaciones, sequías, terremotos y otros desastres naturales. Estos dioses eran temidos por los humanos, quienes creían que podían castigarlos si no los respetaban. Esto llevó a los pueblos a practicar diferentes ritos y ofrendas para propiciar la benevolencia de los dioses solares.