Resumen
Este texto completo es la transcripción editada y revisada de una conferencia dictada en el Curso Desafíos y Oportunidades en Gastroenterología y Nutrición, organizado por la Sociedad Chilena de Pediatría durante los días 3, 4 y 5 de mayo de 2007. Directores: Dra. Sylvia Cruchet y Dr. Francisco Moraga.
Introducción
La oferta de probióticos por parte de la industria farmacéutica y alimentaria aumenta día a día, por lo que es importante saber qué requisitos debe cumplir un microorganismo para que se considere como probiótico. En este contexto se debe recordar las características de la flora intestinal, porque los probióticos tienen como objetivo intervenir sobre ella.
La flora intestinal del ser humano está constituida por más de 400 especies diferentes, la mayoría de ellas anaerobias estrictas, que establecen una relación simbiótica con el ser humano a nivel intestinal. Cada bacteria que se instala en el intestino humano lo hace en una zona definida y estable, en la cual se queda en forma permanente, desarrollando una asociación íntima con el epitelio de la mucosa; esto se relaciona con las funciones que cumplirá a lo largo de la vida, según el segmento en que se ubique cada especie. Esta flora mantiene un equilibrio estricto, regulado por factores de secreción, presión de oxígeno, gradiente de nutrientes y peristaltismo, los que en conjunto determinan los cambios que va sufriendo la flora, en la cual coexisten bacterias autóctonas y transitorias.