Respuesta:
Las parábolas son narraciones breves hechas por Jesús para extraer una enseñanza moral ante diferentes situaciones. Las enseñaba con frecuencia porque se pueden recordar fácilmente y se aprenderían mucho mejor. Jesús enseñó más de 50 parábolas que se pueden encontrar en los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas, aunque también se pueden hallar en otros textos religiosos.
Aquí hay cinco ejemplos de parábolas religiosas:
- La parábola del sembrador: Esta parábola se encuentra en Mateo 13:3-23, Marcos 4:2-20 y Lucas 8:4-15. Trata sobre un sembrador que salió a sembrar y parte de la semilla cayó en el camino, donde fue pisoteada y comida por las aves; otra parte cayó en terreno pedregoso, donde brotó rápidamente pero se secó por falta de humedad; otra parte cayó entre espinos, que la ahogaron; y otra parte cayó en buena tierra, donde dio fruto abundante. La enseñanza de esta parábola es que la semilla representa la palabra de Dios y los diferentes tipos de terreno representan las diferentes actitudes de las personas que la escuchan. Solo los que reciben la palabra con un corazón bueno y honesto producen fruto.
- La parábola del hijo pródigo: Esta parábola se encuentra en Lucas 15:11-32. Trata sobre un padre que tenía dos hijos, el menor de los cuales le pidió su parte de la herencia y se fue a malgastarla en una vida disoluta. Cuando se quedó sin nada, tuvo que trabajar como cuidador de cerdos y deseaba comer las algarrobas que comían los animales. Entonces se arrepintió y decidió volver a casa de su padre y pedirle perdón. Su padre lo vio venir de lejos y corrió a abrazarlo y besarlo, y le preparó una gran fiesta. El hijo mayor, que se había quedado trabajando con su padre, se enojó y no quiso entrar a la fiesta. Su padre le explicó que debía alegrarse, porque su hermano había estado muerto y había vuelto a la vida, había estado perdido y había sido hallado. La enseñanza de esta parábola es que Dios es como el padre misericordioso que perdona a los pecadores que se arrepienten y los recibe con amor, y que los justos no deben tener envidia ni resentimiento hacia los que se convierten.
- La parábola del buen samaritano: Esta parábola se encuentra en Lucas 10:25-37. Trata sobre un hombre que bajaba de Jerusalén a Jericó y fue asaltado por unos ladrones que lo despojaron, lo golpearon y lo dejaron medio muerto. Por casualidad pasó por allí un sacerdote, que lo vio y siguió de largo. Lo mismo hizo un levita que pasó después. Pero un samaritano que iba de viaje se acercó a él, lo vendó, lo montó en su cabalgadura, lo llevó a una posada y cuidó de él. Al día siguiente, le dio al posadero dos denarios y le dijo que cuidara de él y que le pagaría lo que gastara de más. La enseñanza de esta parábola es que el prójimo es cualquier persona que necesita de nuestra ayuda, sin importar su raza, religión o condición, y que debemos amar al prójimo como a nosotros mismos, haciendo el bien sin esperar nada a cambio.
- La parábola de la perla de gran precio: Esta parábola se encuentra en Mateo 13:45-46. Trata sobre un comerciante que buscaba perlas finas y que, al encontrar una de gran valor, vendió todo lo que tenía y la compró. La enseñanza de esta parábola es que el reino de los cielos es como esa perla, que vale más que todo lo demás y que debemos estar dispuestos a renunciar a todo por él.- La parábola de la oveja perdida: Esta parábola se encuentra en Mateo 18:12-14 y Lucas 15:3-7. Trata sobre un pastor que tenía cien ovejas y que, al darse cuenta de que le faltaba una, dejó las noventa y nueve en el desierto y fue a buscar la que se había perdido. Cuando la encontró, se alegró mucho y la cargó sobre sus hombros. Al llegar a casa, llamó a sus amigos y vecinos y les dijo: “Alegraos conmigo, porque he encontrado la oveja que se me había perdido”. La enseñanza de esta parábola es que Dios es como el pastor que no quiere que se pierda ninguna de sus ovejas, es decir, ninguno de sus hijos, y que se alegra más por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse.