Marcar las ideas centrales de la perspectiva de Bruno LatourA partir de la década de 1980 y definitivamente por fuera del debate internismo-externismo, Bruno Latour aborda una reflexión crítica de “lo social” y de las consecuencias que ello acarrea en la comprensión de la ciencia. La teoría del actor-red sostenida por Latour tiene como punto de partida no dar por supuesta ninguna de las afirmaciones básicas acerca de lo social mencionadas anteriormente. Así, sostiene que el orden social no tiene nada de específico, que no existe el “contexto social”, que, en consecuencia, los actores nunca están inmersos en un “contexto social”, que no existe ningún dominio de la realidad que pueda llamarse “social” o “sociedad” y que no tiene sentido apelar a “factores sociales” para explicar fenómenos diversos como si fueran homogéneos. La propuesta de la teoría del actor-red establece una definición más amplia de “lo social”. Latour concibe a lo social como el rastreo de nuevas asociaciones y el diseño de sus ensamblados. Lo social es un movimiento particular de reasociación y reensamblado que reúne elementos heterogéneos. Tenemos en esta definición dos elementos a destacar. Por un lado, es importante señalar la heterogeneidad de los elementos que componen los ensamblados. Latour señala:Al principio esta definición parece absurda dado que corre el riesgo de diluir la sociología de tal modo que signifique cualquier tipo de agregado, desde enlaces químicos hasta legales, desde fuerzas atómicas hasta cuerpos colegiados, desde ensamblados fisiológicos hasta políticos13. Sin embargo, este aparente absurdo es en realidad el punto central que destaca Latour de las asociaciones entre humanos y no humanos. No podemos suponer que un ensamblado se compone de personas individualizadas, clases sociales o instituciones. En los distintos casos es necesario rastrear cuáles son los elementos que se enlazan y los modos en que se realizan esos enlaces. En este sentido, los científicos sociales deben tomar una nueva postura frente a los actores: “Es como si dijera a los actores: ‘No trataremos de disciplinarlos ni hacerlos encajar con nuestras categorías; los dejaremos desplegar sus propios mundos y solo entonces les pediremos que expliquen cómo lograron establecerse en ellos’”14. La lista de actores pertinentes (individuos, grupos, objetos) así como sus propiedades y las reglas de los juegos que juegan nunca se dan de forma definitiva y mucho menos aún se deben establecer a priori por parte de los investigadores sociales.Por otro lado, subrayamos en la definición de lo social dada por Latour el movimiento permanente del reensamblado de esos elementos heterogéneos. La estabilización de las formas de vida social es un punto de llegada más que un punto de partida. Estrictamente, relaciones entre humanos y no humanos nunca se estabilizan de manera permanente, es un trabajo permanente. La solidez de las alianzas que constituyen las redes depende de la cantidad de aliados movilizados y de las asociaciones realizadas. Sin embargo, como la conformación de nuevas asociaciones transforma a los elementos asociados, con ello la red también se transforma en su totalidad. Cada vez que se produce un nuevo ensamblado –como por ejemplo cuando se comercializa una nueva vacuna, se vota una nueva ley, se descubre un nuevo virus o se crea un nuevo movimiento político- tenemos que reordenar nuestras concepciones de lo que estaba asociado porque el ensamblado previo resulta ahora irrelevante para nosotros.Una noción básica de la teoría del actor-red es la de traducción: los actores (individuales o colectivos, humanos o no humanos) operan constantemente en la traducción de sus lenguajes, sus problemas, sus identidades y sus intereses en los de otros actores con los que interactúan. A través de las operaciones de traducción los actores se definen de manera recíproca y, a la vez, construyen o deconstruyen, estabilizan o desestabilizan el mundo en que viven. Para la teoría del actor-red, un sentido de “traducir” es desplazar. La traducción radica en desplazamientos de metas e intereses y conlleva desplazamientos de mecanismos, seres humanos, objetos e inscripciones. Pero también traducir es expresar en el propio lenguaje lo que los otros dicen y quieren, por qué actúan como lo hacen y se asocian entre sí.