En general, es poco probable que un oso polar pueda sobrevivir en un desierto debido a que estos ecosistemas tienen condiciones muy diferentes a las del Ártico, donde los osos polares viven naturalmente.
Los osos polares están adaptados a vivir en climas fríos y tienen características físicas y comportamentales que les permiten sobrevivir en esas condiciones, como una gruesa capa de piel y grasa para mantener el calor corporal, patas grandes y fuertes para caminar sobre hielo y nieve, y una dieta basada en la caza de presas marinas como focas.
En un desierto, las temperaturas son mucho más altas y los osos polares podrían sufrir de sobrecalentamiento y deshidratación. Además, la falta de hielo y presas adecuadas podría dificultar su supervivencia.
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