Respuesta:La avalancha de información que hay en Internet ha hecho que encontrar fuentes de información fiables sea un ejercicio cada vez más lento y complejo.
Gran parte de nuestro tiempo en la universidad la dedicamos a presentar trabajos monográficos que, con el paso del tiempo, vamos perfeccionando. Hemos aprendido que, para presentar una buena monografía, debemos contar con fuentes confiables que la respalden. Usar fuentes erróneas solo le restaría credibilidad y seriedad a nuestro trabajo.
Muchas veces hemos sido víctimas de fuentes ‘aparentemente’ fiables y que, en realidad, no lo eran. Entonces, ¿cómo podemos diferenciar una fuente confiable de una que no lo es? Aquí te damos algunos tips que te ayudarán a elegir mejor las fuentes para tus trabajos monográficos.
Recurre a las fuentes primarias
No hay mejor fuente que los libros, las revistas científicas y las especializadas. Acude a una biblioteca y busca libros sobre el tema de tu monografía. También puedes ayudarte de publicaciones de periódicos y tesis como fuentes para tu trabajo.
Fíjate en la reputación de la fuente a la que estás acudiendo
Una de las primeras cosas que debes hacer para asegurarte que tienes una información confiable es conocer la reputación de la fuente a la que estás acudiendo. Para ello, existen herramientas en Internet que nos proporcionan fuentes confiables para diferentes temas. Si estás en busca de buenas fuentes, puedes recurrir a Google Académico, HighBeam Research, Chemdia o RefSeek.
Explicación: