Respuesta:
Hoy, en un rato, reunión del Eurogrupo y nueva decepción casi con toda seguridad.
Hace tiempo, bastante, una gran amiga Licenciada tanto en Bellas Artes como en Conservación y Restauración, me explicó el cuadro La balsa de la Medusa de Jean Louis Théodore Géricault. Las obras de arte hay que sentirlas, pero también oírlas en la voz de los especialistas. Recuerdo, o al menos esa sensación tengo, las siguientes palabras “diseño barroco, concepción realista romántica y sentimientos descontrolados”. Por supuesto me detalló la vida de su autor, ejemplo del romanticismo y que la obra se convirtió en un icono del romanticismo francés. Existen dos partes bien diferenciadas, la zona norte, donde la esperanza está presente con esa llamada de atención al buque que hay en el horizonte y la zona sur, donde varios muertos no podrán ser salvados, ni tampoco el alma de ese padre que sujeta entre sus brazos el cuerpo desnudo y sin vida de su hijo. Es un rincón de desesperanza absoluta.