La Ilustración es un movimiento filosófico y cultural que surgió en Europa en el siglo XVIII y se caracterizó por la valoración de la razón, la ciencia y la libertad individual. Según Immanuel Kant, la Ilustración es un proceso de progreso en el que la razón y la ciencia son los motores principales. En este contexto, la idea de que un pueblo se pueda imponer a sí mismo una ley que sea contraria a la naturaleza humana de progresar sería un crimen contra la humanidad. Por lo tanto, la posteridad está plenamente justificada para rechazar aquellas leyes aceptadas de manera incompetente y criminal. La piedra angular de todo lo que se puede decidir como ley para un pueblo radica en la cuestión de si un pueblo podría imponerse a sí mismo una ley semejante.