La inflación puede perjudicar a una empresa que tenga un saldo pendiente de cobro de la Administración Pública de varias maneras:
Pérdida de poder adquisitivo: Si la inflación es alta, el dinero que la empresa recibirá en el futuro tendrá un menor poder adquisitivo. En otras palabras, el dinero que reciba en el futuro no será capaz de comprar la misma cantidad de bienes y servicios que podría comprar hoy.
Aumento de los costos financieros: Si la empresa tiene que financiar su operación mientras espera el pago de la Administración Pública, la inflación puede aumentar el costo de los préstamos y otros gastos financieros. Esto se debe a que los prestamistas y acreedores pueden ajustar los intereses y otros cargos para compensar la pérdida de valor adquisitivo del dinero.
Mayor riesgo crediticio: Si la inflación es alta y no se recibe el pago de la Administración Pública en tiempo y forma, la empresa podría tener dificultades para cumplir con sus obligaciones financieras. Esto aumenta el riesgo crediticio de la empresa, lo que puede llevar a que los prestamistas y acreedores sean más reticentes a otorgar financiamiento en el futuro.
En resumen, la inflación puede afectar negativamente la situación financiera de una empresa que tenga un saldo pendiente de cobro de la Administración Pública, reduciendo su poder adquisitivo, aumentando sus costos financieros y aumentando su riesgo crediticio.