Los evangelios canónicos son los cuatro evangelios que forman parte del Nuevo Testamento de la Biblia: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Estos evangelios son considerados canónicos porque fueron aceptados por la iglesia cristiana como auténticos y confiables, y se considera que proporcionan una narrativa coherente de la vida, ministerio y enseñanzas de Jesús.
Los evangelios canónicos se diferencian en su enfoque y estilo. Por ejemplo, Mateo tiene un enfoque más teológico y se enfoca en las enseñanzas de Jesús y su relación con la ley judía. Lucas, por su parte, tiene un enfoque más histórico y se concentra en la humanidad de Jesús y su relación con los marginados y los necesitados.
En cuanto a los símbolos, cada uno de los evangelios canónicos tiene un símbolo que se asocia con él y que refleja su contenido y enfoque. Por ejemplo, Mateo es simbolizado por un hombre, ya que su evangelio enfatiza la humanidad de Jesús y su relación con el pueblo judío. Lucas es simbolizado por un toro, que representa su enfoque en la compasión y la misericordia. Marcos es simbolizado por un león, que representa la autoridad y la fuerza de Jesús. Y Juan es simbolizado por un águila, que representa la visión espiritual y la perspectiva elevada que tiene sobre la vida y ministerio de Jesús.