Los cigarrillos electrónicos contienen una variedad de sustancias químicas, incluyendo:
Propilenglicol y glicerol: estos son los principales ingredientes de la solución líquida (llamada e-líquido) utilizada en los dispositivos de vapeo. Son considerados generalmente seguros para su uso en alimentos y productos farmacéuticos, pero su inhalación a largo plazo puede tener efectos secundarios desconocidos.
Nicotina: muchos e-líquidos contienen nicotina, que es una sustancia adictiva y puede tener efectos negativos en la salud cardiovascular y cerebral.
Aditivos alimentarios: algunos e-líquidos contienen aditivos alimentarios, como sabores artificiales, que se han vinculado a problemas respiratorios y alérgicos.
Metales pesados: los estudios han encontrado trazas de metales pesados, como cadmio, plomo y níquel, en la aerosol de los dispositivos de vapeo. La inhalación de metales pesados puede tener efectos negativos a largo plazo en la salud, incluyendo daño pulmonar y enfermedades renales.
En general, los expertos en salud recomiendan evitar el uso de cigarrillos electrónicos y optar por métodos de abandono del tabaco más seguros y efectivos, como los terapias de reemplazo de nicotina y los programas de abandono del tabaco.