Los idiomas europeos no tendrían influencias del latín.
El griego o el cartaginés serían idiomas de referencia, aún después de dos milenios, por lo menos en el Mediterráneo.
Una serie importante de países no tendrían un sistema jurídico basado en el derecho romano.
La forma de organización política por la cual un grupo de estados deciden delegar una serie de poderes, responsabilidades y obligaciones en un gobierno central probablemente no se llamaría "repúbica"