Respuesta:
Después de la primera etapa de la Revolución Mexicana, el país enfrentó una situación económica muy difícil. La economía había sufrido una fuerte contracción durante la guerra, con la industria y el comercio sufriendo un fuerte declive. Los precios de los bienes de consumo aumentaron y la inflación aumentó significativamente. Además, la agricultura experimentó una contracción debido a la reducción de la tierra cultivable y la falta de inversión en el sector. Esto causó una reducción en la producción agrícola, lo que a su vez provocó un aumento en los precios de los alimentos. La crisis económica se agravó con la desaceleración de la inversión extranjera, lo que causó una reducción en la tasa de crecimiento económico. Finalmente, la devaluación de la moneda mexicana contribuyó a aumentar la carga de la deuda externa.