El fascismo y el nazismo son regímenes totalitarios porque limitan la libertad individual y buscan el control absoluto. Estos regímenes se caracterizan por una estrecha relación entre el Estado y la economía, el control estatal de los medios de producción, la censura de la prensa y la supresión de toda disidencia política. Las leyes se aplican de manera arbitraria y los derechos humanos se violan sin ninguna consideración. Además, estos regímenes buscan imponer una visión del mundo basada en la supremacía racial y la desigualdad social.